NOSFERATU

Y para acabar el año, que mejor que "Nosferatu" de Robert Eggers. Excelente revisión del máximo exponente del expresionismo alemán dirigida por Friedrich Wilhelm Murnau hace poco más de un siglo, en la que un imponente conde Orlok decide mudarse a la ciudad alemana de Wisborg, para tomar posesión de su nueva propiedad, una enorme y gótica mansión semiderruida, no demasiado lejos de la casa del agente inmobiliario que le ha facilitado la transacción, Thomas, con su encantadora esposa Ellen, quien desde hace semanas sufre de pesadillas y alucinaciones producto de su extraña conexión telepática con el diabólico conde.

Con una fotografía excepcional, Eggers revisita la historia de Bram Stoker en la que podemos encontrar obviamente retazos de la película de Murnau, pero también del Nosferatu de Herzog, del Drácula de Coppola e incluso de El exorcista de Friedkin, componiendo una muy buena historia de terror gótico envuelta en el drama que supone el inevitable destino de Ellen y Orlok destilando una malsana  ambientación ayudada por la cavernosa voz del conde Orlok.

Si bien Eggers ya dio muestras de su buen hacer en "La bruja" (2015) y sobre todo en "El faro" (2019), con "Nosferatu" se gradúa con matrícula de honor en el género de terror, pues consigue un relato compacto, gótico y macabro aunque no exento de un cierto aire poético, que mantiene al espectador en continua tensión, pese a conocer el desarrollo y final de la trama.

Película de obligado visionado.

 

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