Estrenada en 1999 , y dirigida por Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, logró causar un gran revuelo en el momento de su estreno.
Su historia imagino, ya es conocida por todos, en 1994 un grupo de estudiantes de cine, se adentran en un bosque de Maryland, para rodar un documental sobre una leyenda local, La bruja de Blair, pero desaparecen, sin dar señales de vida, hasta que años después se encuentra la cámara con que rodaron descubriendo los aterradores momentos que padecieron hasta su desaparición.
Su estreno supuso algo realmente innovador en lo referente a la promoción, el intentar hacer creer al espectador que estaba a punto de presenciar una cinta encontrada en un bosque, algo que evidentemente muy pocos creyeron, pero generó un morbo añadido, que acabó significando un éxito de taquilla, para una producción de muy bajo coste,4 millones de pesetas, según afirmaron en su momento, logrando una recaudación acumulada únicamente en USA de 20.000 millones.
Reconozco que no fue un gran logro a nivel de realización , pero ese intento de hacer pasar la grabación como real, logrando un aire amateur a la filmación que sumado a una cámara temblorosa salpicada en ocasiones incluso de barro para crear esa veracidad y crear el efecto buscado, angustiar al espectador.
Y funcionó como película de terror , porque el elemento que lo generaba, era precisamente lo que no podías ver, y trasladaba al espectador esa angustia que produce, el desorientarse en un bosque y la indefensión que puede llegar a crear la sensación de soledad y amenaza realmente escalofriante.
Pero lo más importante, que logró fue el convertirse en un título de culto y marcar un antes y después en del cine de terror, siendo pieza fundamental dentro del genero del falso documental, algo que tal vez no se lograba desde los tiempos del estreno de Holocausto Caníbal en los años 80.
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