Pues sí amigos, estamos a las puertas del ansiado 12 de marzo para conocer a los ganadores de los premios OSCAR en las diferentes categorías, para nosotros ya en la madrugada del lunes 13.
Y es que este año huele a fantástico con "Everything everywhere all at once" ("Todo a la vez en todas partes") de Dan Kwan y Daniel Scheinert, ya que con sus 11 nominaciones se postula como una clara candidata a recibir el premio a la mejor película, entre otras categorías. Ya hablamos de ella en enero con respecto a su originalidad, oportunidad, pero a la vez confusión de la trama, por lo que no nos vamos a extender más y vamos a esperar a ver que pasa.
La otra película que representa el fantástico en la gala es "Avatar: the way of water" ("Avatar: el sentido del agua") de James Cameron, la esperadísima secuela estrenada el pasado diciembre que aspira a 4 premios, entre los cuales el de mejor película. Desde el punto de vista técnico y visual, nada que objetar a la ambiciosa producción que, como sabemos ya cuenta con 2 o 3 secuelas más a estrenar en los próximos años, pero desde el punto de vista argumental, dista mucho de ser una película compleja capaz de mantener la tensión y la congoja que, por ejemplo, Cameron fue capaz de transmitirnos en "Alien II".
Este "Avatar" es predecible, ñoño e infantil en general, si se nos permite la expresión, ya que aunque profesamos una gran admiración por su director, un auténtico icono dentro del cine fantástico, en esta producción, y presumimos que en sus respectivas continuaciones, ha derivado hacia un cine técnicamente complejo, muy complejo, visualmente sumamente atractivo (aunque los personajes son unos auténticos adefesios), pero argumentalmente plano, predictible e infantiloide...aunque para gustos...
Queremos acabar con una reivindicación sobre una película, que no pertenece al género que tratamos en nuestro blog, pero que por su calidad merece al menos una sonora pataleta por su ausencia en la lista de las producciones que optan al premio a la mejor película, se trata de "Babylon", de Damien Chazelle, excelente película que refleja con un extraordinario poderío, y posiblemente con desmesura, lo que fue el inicio de Hollywood (ciertamente lleno de desmesura según los biógrafos de la época) y el paso del cine mudo al cine sonoro. Una película que representa como ninguna un ejercicio de historia y amor al cine que ha sido inexplicablemente ninguneada, optando tan sólo a la mejor banda sonora, diseño de producción y vestuario, cosa que nos parece francamente insultante.
En fin, esperemos a la madrugada del 12 al 13, para ver si se repite el éxito del cine fantástico como ya pasó recientemente en 2020 con "Parasite" ("Parásitos") de Bong Joon-ho o en 2018 gracias a Guillermo del Toro con "The shape of water" ("La forma del agua").
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