EL SEGUNDO ACTO
De nuevo y esperemos por muchas ediciones más hemos podido
disfrutar de la nueva producción de Quentin Dupieux adorado en Sitges y por
supuesto por nuestro Gabinete, recordado y venerado por todos en el festival
donde causo gran sensación con su surrealista "Mandibulas", y su mítico Toro,
grito de guerra de los asistentes en esa edición.
Hay que reconocer la singularidad de este director, que es
capaz de presentar proyectos realmente surrealistas, con tramas inesperadas y
desafiantes que nunca dejan indiferente al espectador.
Cabe recodar anteriores trabajos como "Rubber" y su neumático
asesino, o "La chaqueta de piel de ciervo" o tantas otras con que nos ha
obsequiado.
En esta ocasión, no ha decepcionado, con "El Segundo Acto" con
un arranque memorable desde la primera escena, con una conversación con dos de
sus protagonistas, que en pocos minutos logra bombardear al espectador, con
todos los temas políticamente incorrectos en estos tiempos de autocensura en
que vivimos por miedo a las redes sociales o por la política de la cancelación,
y con una mirada ácida durante toda la película a la sociedad que nos rodea.
La trama mejor no desvelarla del todo, pero en resumen gira en torno a Florence interpretada por Lea Seydoux, enamorada de David (Louis Garrell), que desea presentarle a su padre (Vincent Lyndon), pero David le pide a su mejor amigo que se empareje con ella porque él siente un profundo rechazo por ella, todo esto confluya en un restaurante aislado donde todo toma unos caminos hilarantes, con un humor marca de la casa que la convierte en una continua sucesión de situaciones desconcertantes y desternillante escenas.
Por favor, si tenéis ocasión de verla no dejéis escapar la
ocasión
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