Otro de los esperadísimos films del Festival es este Drácula del director francés Luc Besson: "Dracula: a love tale" en la que repite como protagonista el que ya lo hiciera en 2023 en la aclamada "Dogman", del mismo director, que no es otro que Caleb Landry Jones, que junto a Zoe Bleu Sidel y el camaleónico Christoph Waltz componen en esta ocasión una auténtica historia de amor, salpicada, como no podía ser de otra manera, con escenas del más puro horror gótico o con la crueldad del auténtico Príncipe de Valaquia Vlad Tepes.
En la película, bastante alejada de la novela original de Bram Stoker, así como de las clásicas películas de la Hammer y de la de versión dirigida en 1992 por Francis Ford Coppola, aunque tras el visionado de trailer sospechábamos mayor parecido que el que resulta en realidad, el Príncipe de Valaquia aguerrido luchador contra los otomanos en favor de la religión católica, pierde cruelmente a su esposa, lo que le hace enconarse contra la iglesia católica del momento y contra el mismo Dios, del que renuncia y quien por ello le castiga a vagar por el mundo sin derecho a la muerte y con una irrefrenable sed de sangre, preferentemente humana.
El espectáculo que nos ofrece Besson es francamente grandilocuente, sin caer en ningún momento en la pedantería o la ñoñez, mostrando una humanidad del conde nada habitual en anteriores versiones y muy difícil de expresar en un personaje como el rey de los vampiros, rodeado de unos paisajes de un realismo y grandeza antes nunca concebidos. La imagen del castillo, también alejada de los tópicos, se asemeja más a una catedral gótica que a la clásica construcción a la que el cine y la literatura nos tiene habituados, ayuda a componer un espectáculo global original e imponente que hace obligado su visionado en salas comerciales a partir del 21 de noviembre.

Comentarios
Publicar un comentario
TUS COMENTARIOS SON BIENVENIDOS...A PRIORI...